El laboratorio de Recursos Naturales desarrolla investigación en sistemas ambientales terrestres (agrícolas y forestales) tiene el objetivo de conocer el estado actual de los sistemas naturales y productivos, para proponer y/o llevar a cabo un manejo sostenible. El laboratorio cuenta con dos áreas: a) el área forestal, enfocada en estudios de mejoramiento, conservación y rehabilitación de los recursos, y b) el área de suelos que evalúa las características físicas, químicas y biológicas del recurso edáfico en los sistemas agrícolas y forestales, con el propósito evaluar el grado de degradación, para brindar alternativas de rehabilitación y/o conservación de tan valioso recurso. Además, el análisis de muestras ambientales mediante el uso de la prueba SMART con Drosophila melanogaster y la integración de los datos a las estrategias de conservación
En esta LGAC se desarrollan proyectos enfocados a preservar la calidad de los ecosistemas, así como de sus factores bióticos y abióticos, que intervienen en la sustentabilidad de los ellos. Un buen acertado diagnóstico de los sitios permitirá proponer estrategias de manejo de suelos y agua que favorezcan la preservación del hábitat, así como su integridad funcional, productiva y biótica, para beneficiar la sustentabilidad y enfrentar los efectos del cambio climático. Dado a través de la generación de:
a) tecnologías de producción agrícola y forestal ambientalmente adecuadas; por ejemplo, el compostaje, lombricompostaje, biopolímeros, biofertilizantes y mejoradores de suelo,
b) proyectos de evaluación del impacto de la actividad antrópica sobre los suelos agrícolas,
c) el desarrollo de prácticas de manejo que mantengan la integridad funcional y productiva de los suelos agrícola y forestales,
d) la evaluación de la biota microbiana de los suelos, haciendo énfasis en los microorganismos mutualistas, y
e) la conducción de proyectos para enfrentar los efectos del cambio climático, enfatizando en las áreas deforestadas, en sitios perturbados o degradados, así como agroecosistemas abandonados.
Para mejorar la calidad del suelo se puede elegir a la mejor especie arbórea, arbusto o herbácea, considerando la capacidad de adaptabilidad de dicho germoplasma; de manera más específica por medio de programas de mejora con especies locales, que permitan un aprovechamiento y un manejo idóneo de los recursos genéticos de la región. La perspectiva de que la protección, la conservación y el aprovechamiento de los recursos naturales permitirá entender que el crecimiento económico y la justicia social pueden ser perfectamente compatibles.